jueves, 31 de enero de 2013

Acerca del talento

Me gustaría comenzar con unas reflexiones acerca del concepto de talento. Y, como es normal, debemos acudir en primer lugar al Diccionario de la Real Academia Española, donde encontramos que talento se equipara a otros dos conceptos: inteligencia y aptitud, afirmando también que talento es la persona inteligente o apta para determinada ocupación.

Ahondando en la cuestión, vemos que la inteligencia es la capacidad de ver o comprender, de resolver problemas, el conocimiento, la comprensión, el acto de entender, la habilidad, la destreza y la experiencia.

Por su parte, la aptitud es la capacidad para operar competentemente en una determinada actividad; la capacidad y disposición para el buen desempeño o ejercicio de un negocio, de una industria, de un arte; la suficiencia o idoneidad para obtener y ejercer un empleo o cargo.

El ser humano nace con un impulso vital que lo mueve a desarrollarse, a relacionarse con el entorno, a buscar a través de sus propios senderos la felicidad. Es una condición de vida. El ciclo de la vida se explica precisamente porque la pérdida paulatina de ese impulso es el que nos conduce tarde o temprano a la muerte. Cada una de nuestras células deja de tener ese anhelo de supervivencia para buscar un estado de felicidad superior en el órgano para el que trabaja y se va produciendo un deterioro en sus funciones básicas. Pero de ese inevitable apagar de nuestros días, ya hablaremos en otra ocasión, para corroborar que incluso en esa etapa de nuestras vidas se deben encontrar motivaciones que mantengan la suficiente chispa vital en nuestro cuerpo y mente.

Hoy toca tratar cómo la propia existencia de cada uno de nosotros es síntoma de que tenemos anhelos, impulsos, motivaciones. Toca apreciar la importancia de detectar esas motivaciones, ya que son el camino sin pérdida hacia un desarrollo superior de las competencias humanas, hacia eso que hemos definido como talento. Toca, -y esto sí es importantísimo-, plantearnos si nuestro sistema educativo persigue con los medios correctos localizar ese talento en nuestros jóvenes.

Desde pequeños observamos que niños y niñas muestran intereses muy variados. Tomemos como base el modelo propuesto por Howard Gardner acerca de la Teoría de las inteligencias múltiples, que identifica las capacidades específicas intelectuales del ser humano agrupadas en la siguiente clasificación:
  • Inteligencia lingüistico-verbal
  • Inteligencia lógica-matemática
  • Inteligencia espacial
  • Inteligencia musical
  • Inteligencia corporal cinestésica
  • Inteligencia intrapersonal
  • Inteligencia interpersonal
  • Inteligencia naturalista
Hay niños que desde edades muy tempranas ya presentan claros signos de interés y motivación por el desarrollo de determinadas capacidades propias de alguno de estos grupos. Lo que no nos vamos a encontrar es niños que no presenten interés en ningún campo (salvo que el individuo presente algún trastorno, como el autismo).

Lo interesante de la propuesta de Gardner es que considera la propia inteligencia como una capacidad susceptible de desarrollo y evolución, y no algo inamovible. Evidentemente, conforme se desarrollen las capacidades que se agrupan dentro de la inteligencia lógico-matemática podremos afirmar que la persona es más inteligente matemáticamente hablando.

Si todos presentamos intereses y nuestros intereses nos llevan a un desarrollo superior, talento o inteligencia, es especialmente importante el que encontremos mecanismos de búsqueda y localización de esos aspectos, materias, competencias que pueden suponer el talento personal de cada individuo, ya que es su desarrollo el que asegurará una vida más plena para ese individuo y una pieza mejor preparada para actuar en el ensamblaje que le corresponda en nuestra Sociedad.

Examinemos pues cada uno de los procesos y métodos que emplea el sistema educativo en descubrir el talento de las personas. Auditemos el esfuerzo que realmente se hace en sacar a relucir el talento individual. Si tomamos como muestra el descontento y la desmotivación que presentan una gran parte del alumnado de nuestros colegios, institutos y universidades no podemos concluir que se esté haciendo todo lo que sería conveniente.

Por descontado podemos afirmar que cuanto antes se aborde el desarrollo intelectual de la persona en los aspectos hacia los que presenta una mayor predisposición, mayor será el previsible grado de consecución de sus competencias, ya que como veíamos en la definición inicial, la experiencia es un elemento destacado en la inteligencia. Además, el hecho de desarrollar en etapas tempranas el talento individual puede actuar como mecanismo de autorrealización que proyecte en mayor medida beneficiosos efectos en todos los aspectos de la vida del individuo.

Concluyamos pues que nuestro sistema educativo no es el paradigma de los sistemas que buscan el talento. Seamos análíticos y observemos nuestro entorno. Y empleo la palabra entorno porque considero que debemos observar cuáles son las distintas metodologías que se emplean en otros países o sociedades, pero también la respuesta que otorga la propia naturaleza para saber extraer el talento de todos sus componentes. Y también las formas en las que el talento se manifiesta o irrumpe de entre el anonimato, la masificación, la vulgaridad o el abandono.

Siempre hemos oido aquello de que no hay que dar peces, sino que hay que proporcionar la caña y enseñar a pescar. En la actualidad, con los tiempos convulsos y cambiantes que nos toca vivir, habría que recapacitar sobre ello. Me llama mucho la atención todos aquellos estudios que afirman que un porcentaje elevado de ocupaciones del futuro (las que desempeñarán nuestros hijos y nietos) aún ni siquiera existen. Es por eso que sería más procedente desarrollar las capacidades humanas en busca del talento individual en aras de que el individuo esté más preparado para abordar las ocupaciones que los nuevos tiempos o él mismo establecerán.

Por un futuro mejor, como docentes, como padres, como amigos, como compañeros o simplemente como ciudadanos sólo se me ocurre un precepto a seguir: "Haz florecer el talento de quienes te rodean y cubramos permanentemente de múltiples colores la inhóspita tundra en la que a veces parece que vivimos".

miércoles, 30 de enero de 2013

Presentación

Este espacio comúnmente llamado blog espero que sirva para poner a disposición de la comunidad educativa aquellas experiencias y conocimientos relacionados con una docencia responsable. Hablo de docencia responsable para referirme a aquella que persigue encontrar el talento que reside en cada una de las personas. Es esa la finalidad que debe tener un sistema educativo. Encontrando el talento hallaremos la forma de evolucionar como Sociedad.

Un pensamiento muy compartido en los ámbitos educativos es que todo el mundo es susceptible de manifestar talento en alguna materia o aspecto de la vida. Nuestra responsabilidad como docentes es encontrarlo.

Este blog es una prueba piloto de una idea más ambiciosa que persigue contribuir a un mundo más solidario y menos egoísta. Si con ello puedo aportar un granito de arena o una semilla de esperanza, por mí que no quede.